Punta Paradiso no es un espacio físico, no es una casa, no es solamente un hotel. Es todo eso y mucho más. Probablemente lo hayas visto en las redes como escenario mágico en multitud de publicaciones y no creas que pueda ser real, pero desde que atraviesas la entrada, no hay engaño posible. Cada partícula de este espacio tiene todo lo bueno que transmiten sus imágenes. Y decir eso es quedarse corto.
Lila e Itahisa son arquitectas, socias, pero sobre todo amigas, y las personas que están al frente de este maravilloso proyecto: una casa construida en 1960, que ellas han remodelado y convertido en hotel. Ubicado en primera línea de la costa de Punta del Hidalgo, con vistas a un espectacular atardecer, en este lugar llevan pasando cosas interesantes desde su apertura: puedes apuntarte a muchas de las actividades que proponen (mercadillos, retiros de yoga, talleres, presentaciones o fiestas exclusivas) o reservar alguna de sus habitaciones, que además incluyen un desayuno exquisito.
Aquí no se viene a ver la tele, porque atención: en Punta Paradiso no tienen televisor ni les hace falta. Aquí se viene a disfrutar de uno mismo, a escuchar el murmullo de las olas cuando sube la marea, a zambullirse en la piscina y dejarse llevar por un espacio único y singular. Y si hablamos de singularidades, no podemos olvidarnos del corazón de la casa: su impresionante escalera de caracol, una pieza escultórica en sí misma y la zona más fotografiada del espacio, junto al fresco de Oscar Latuag que decora la terraza.
No sabemos si alguna vez soñaron con estar ahí, pero en apenas unos meses estas jóvenes empresarias han conquistado este pueblo costero, con un proyecto sólido, ideas claras y un trato cercano y amable. Y si además les preguntas qué hacer durante tu estancia, te van a proponer alguno de estos planes:
– Dar un paseo por la costa, pasando el faro, hasta avistar Dos Hermanos.
– Encontrar el charquito ideal para darte un chapuzón.
– Hacer una caminata a Chinamada y terminar probando platos típicos canarios en el Restaurante La Cueva.
– Iniciarte en el surf con alguna de las escuelas locales.
– Comer unos calamares en el Restaurante Altagay.
– Darte un baño al atardecer en la piscina natural de la Punta.
Dicho esto, ¿hay alguna razón para que no estés reservando ya unos días en Punta Paradiso?
Está sonando: Kazy Lambist – Annecy
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